El relevo de María José García- Pelayo como alcaldable para Jerez era un secreto a voces en la calle Consistorio. Se antojaba muy difícil mantener la candidatura de una concejala que apenas se ha dejado ver por el Ayuntamiento en los últimos tres años, que se ausenta de la mayoría de plenos municipales y que procura evitar actos públicos en los que mantenga un cara a cara con sus oponentes políticos. Si además tenemos en cuenta que estuvo vinculada con la trama Gürtel —recordemos que llegó a ser juzgada por el Tribunal Supremo— apaga y vámonos.

Su sustituto estaba cantado. Se trata de Antonio Saldaña, un político profesional, en el peor sentido de la palabra, con muchas tablas y largo recorrido, que lleva años acumulando méritos para suceder a García-Pelayo. Su principal trampolín: no desviarse ni un milímetro del discurso oficial de la exalcaldesa —a la que frecuentemente adulaba en público— y secundar todas y cada una de las decisiones que tomara el aparato popular, por difícil e indigerible que fuera.

Saldaña avaló, respaldó y aplaudió a Pelayo en cada frente que mantuvo abierto: defendió la privatización de la gestión del agua, el despido de 390 trabajadores del ERE (a los que llegó a llamar vagos y quejicas), actuó como asustaviejas en la célebre huelga de basuras del 2012 y culpó sin pudor a los técnicos municipales de las contrataciones realizadas para Fitur 2004 con las empresas del Grupo Correa, por poner algunos ejemplos.

Este profesional de los parlamentos, que también ha hecho carrera a nivel andaluz (llegó a presidir una comisión en la Junta sin apenas actividad por la que se embolsaba aproximadamente 10.000 euros al año) y que es capaz de defender con habilidad cualquier postura política, representa como ninguna otra persona al Partido Popular. Es un político conservador, altivo, algo showman, que respeta poco o muy poco a sus compañeros de hemiciclo (no digamos ya a las compañeras), que no tiene reparos en usar políticamente a los colectivos sociales (grotesca es su connivencia con Solidaridad), capaz de prometer alegremente 13.500 empleos en 5 años y al que le va a costar, y mucho, lavar su imagen: en algunos sitios de Jerez no le pueden ver.

Saldaña es el retrato perfecto de la vieja política, de aquello que premia la derecha y aplauden los cuatro o cinco magnates jerezanos. Es la sumisión a las jerarquías establecidas, a los ricos, al liberalismo y al centralismo. Un Frank Underwood a la jerezana, muy peligroso, que legislará por los intereses de unos pocos, movido por el electoralismo y que aplicará las mismas recetas que han sumido a este país y a Jerez en una crisis sin precedentes. Nunca la derecha se miró al espejo y se vio tan bien representada y nunca la izquierda y las fuerzas del cambio tuvieron tan claro lo que no quieren para esta ciudad: es inconcebible que lo más insano del PP sea lo mejor para Jerez.

Por Alejandro López

http://ganemosjerez.es/gentecorriente/wp-content/uploads/sites/2/2018/04/antonio_saldaña.jpghttp://ganemosjerez.es/gentecorriente/wp-content/uploads/sites/2/2018/04/antonio_saldaña-300x300.jpgprensaganemosPerfílAntonio Saldaña,Ayuntamiento,Candidatura,Concejal,ERE,Grupo Correa,Huelga de basuras,María José García- Pelayo,Partido Popular,Pleno municipal,Privatización de la gestión del agua,Trama Gürtel,Tribunal Supremo
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