Respuesta a la patronal de la construcción en la Provincia de Cádiz.

El pasado 17 de abril, Jorge Fernández Portillo, secretario general de la Federación de Agrupaciones de Empresarios de la Provincia de Cádiz, hacía unas declaraciones en Ondaluz TV en las que afirmaba que el empresariado de la construcción estaba teniendo dificultades para contratar trabajadores, tanto cualificados como sin formación. Estas declaraciones han levantado polémica. Por un lado, ha sido criticado por representantes de ciertas organizaciones como el sindicato UGT, la Coordinadora de Profesionales del Metal o el Partido Comunista de Andalucía. Por otro lado, otras personas han respaldado total o parcialmente las declaraciones del representante de la federación empresarial. Es el caso de la delegada de empleo del Ayuntamiento de Jerez, que ha afirmado que han tenido dificultades para contratar peones.

Si consultamos las últimas cifras de demandantes de empleo en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), en marzo de 2018 solo en el municipio de Jerez de la Frontera había 28.907 personas inscritas. De estos jerezanos inscritos en el SEPE, alrededor del 10% (2.888) demandaban empleo en el sector de la construcción de edificios o en el de actividades de construcción especializada. Ambos sectores, en su conjunto, constituyen la cuarta industria con más demandantes de empleo del municipio, solo por detrás de los y las demandantes sin empleo anterior (4.134), el servicio de comidas y bebidas-hostelería (3.316), y el comercio (3.225). En el conjunto de la provincia de Cádiz, según el SEPE entre el sector de la construcción había registrados 16.740 demandantes de empleo en marzo de 2018.

2.888 personas demandan empleo en Jerez en el sector de la construcción de edificios o la construcción especializada.

Hay que advertir que estas cifras no reflejan fielmente la realidad, porque, entre otras cuestiones, no reflejan a aquellas personas que han abandonado la esperanza de encontrar trabajo, han perdido incentivos para renovar la inscripción como demandantes de empleo, o han emigrado. A pesar de que la realidad del paro es más grave que las cifras oficiales, aunque diéramos estas cifras por válidas, la realidad desmiente rotundamente las declaraciones del representante de la patronal.

Si nos referimos al personal cualificado, no existen fuentes precisas, pero la mayor parte de las personas inscritas en el SEPE como demandantes en el sector de la construcción están en la franja de edad de entre 40 y 59 años, es decir, son personas que han trabajado en la época del boom del ladrillo, y hasta 2008 habían adquirido probablemente una notable experiencia y cualificación. En relación al personal no cualificado, aunque son menos que los cualificados, existen varios centenares de demandantes de empleo en Jerez. Además, muchos de los demandantes de empleo sin formación o experiencia previa están dispuestos a trabajar en otros sectores, incluido el de la construcción.

Es posible que en el contexto de políticas de austeridad se hayan producido recortes en la formación para el empleo. Y es posible que esto haya afectado al sector de la construcción. No obstante, por un lado el sector cuenta con una importante reserva de trabajadores cualificados que demandan empleo. Por otro lado, aún existen significativos mecanismos para la formación de trabajadores. Este es el caso de la Fundación Laboral de la Construcción, que tiene su sede provincial en Jerez de la Frontera. Según la última memoria de actividades de esta entidad, en 2016 ofrecieron formación a 8.408 trabajadores del sector en el conjunto de las ocho sedes que tienen en Andalucía. Claro que también es cierto que en Jerez concretamente, una de las ciudades con más paro de España, el Centro de Formación Profesional Ocupacional San Juan de Dios cerró en septiembre de 2017, dejando sin formación a unas cien personas al año. Será probablemente porque no habrá necesidades formativas que cubrir en la zona. O a lo peor es por dejadez institucional, o por los las políticas restrictivas también en formación.

Cualquiera que conozca mínimamente la realidad del sector de la construcción sabe que hay muchas personas, muchas muy cualificadas, que no encuentran empleo. Se sabe que los trabajadores tienen hasta expresiones propias, como “puertear”, que significa ir a diario a las puertas de las obras a pedir trabajo, esperando poder echar algunas jornadas de trabajo (lo que refleja el grado de necesidad en el que se encuentran).

Se sabe que en muchas obras el convenio de la construcción es papel mojado. Es muy frecuente que se pague “por cuenta” o destajo, es decir, en función de los metros de ladrillos puestos o del trabajo realizado. Se sabe que la precariedad campa a sus anchas, que los sindicatos no tienen ya poder y no hay manera de regular el empleo, porque el nivel de desesperación en los trabajadores es tal que aceptan numerosos abusos. Si se presta atención a las páginas de internet de ventas, intercambios o servicios de la ciudad, se pueden encontrar innumerables anuncios en los que se ofrecen profesionales del sector por precios muy bajos, que hacen imposible que se respete el convenio del sector. En este caso nos encontramos ante lo que conocemos como los “chapús”, trabajos de construcción informales que escapan a cualquier tipo de regulación.

Según la propia Constitución Española, es el Estado el que tiene la responsabilidad de garantizar un trabajo digno.

Entonces, si los datos y la realidad contradicen claramente la afirmación de que no hay trabajadores en la construcción, cabe preguntarse: ¿A qué se deben estas declaraciones? Podemos formular algunas reflexiones en base a cuestiones que se han investigado.

En el plano ideológico, los poderes políticos y económicos, con el apoyo de medios de comunicación de masas, think tanks y hasta universidades, tratan de difundir la idea de que el desempleo es culpa de la persona desempleada. Hablar de “empleabilidad”, como se ha puesto de moda, implica considerar que el hecho de tener o no trabajo depende de las cualidades personales del trabajador. Si tienes empleo es porque tienes una serie de características que las empresas demandan (formación, flexibilidad, capacidad de adaptación, etc.). Si estás desempleado es porque no posees estas características. Este discurso de la empleabilidad tiene el efecto de culpabilizar al parado y de des-responsabilizar al Estado. Estar en paro es vivido como un fracaso personal, no como un fracaso colectivo. Y, de esta forma, es extremadamente difícil que los parados articulen formas colectivas de resistencia a su situación. Este discurso encaja a la perfección con la visión del mundo neoliberal.

El inconveniente es que, según la Constitución Española, es el Estado el que tiene la responsabilidad de garantizar un trabajo digno (artículo 35), aunque esta cuestión suela plantearse con mucha menor frecuencia que el articulado en torno a la unidad territorial de España. El ideal neoliberal de una economía auto-regulada se parece cada vez más a la realidad laboral de una parte del sector de la construcción que opera en el ámbito de la economía informal o sumergida: bajos salarios, jornadas que exceden la legalidad, escasas medidas de seguridad y salud, altos niveles de siniestralidad, etc. La ciudad de Jerez y la provincia de Cádiz están precisamente a la cabeza de las cifras de economía informal. Los datos aportados por la propia Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC) son contundentes. En el año 2003 estimaban que el 29,3% de la economía de la provincia de Cádiz se desarrollaba en el ámbito de la economía sumergida. Es previsible que la crisis económica de 2008, con los recortes en inversiones públicas en materia de empleo y formación, hayan implicado un aumento significativo de esta cifra.

En tanto que no se articulen políticas alternativas, el empleo es en nuestra sociedad un elemento fundamental para otorgar identidad a las personas, para garantizar la subsistencia y, especialmente, asegurar la inclusión social. La ciudadanía es definida en nuestra sociedad en términos laborales. Sin embargo, el desempleo y la precariedad han alimentado nuevas vulnerabilidades en ciertos segmentos de la clase obrera, especialmente en el creciente sector de trabajadores pobres, personas asalariadas pero con un salario que no permite vivir dignamente. No es de recibo que se frivolice con esta realidad del desempleo en declaraciones públicas. No podemos saber si las declaraciones del representante de la patronal de la construcción gaditana responden a su visión neoliberal de la economía y el empleo; o si forman parte de una estrategia para llamar la atención de los poderes públicos y atraer inversiones en materia de formación (una formación de la que el empresariado saca tajada participando en su gestión); o si ambas hipótesis son ciertas. En cualquier caso, las declaraciones no tienen fundamento alguno y no contribuyen a poner luz y soluciones a los problemas estructurales del mercado laboral de Jerez y la provincia.

Texto de Eva Bermúdez y Beltrán Roca. Fotos de Cristóbal Ortega.

http://ganemosjerez.es/gentecorriente/wp-content/uploads/sites/2/2018/07/03.jpghttp://ganemosjerez.es/gentecorriente/wp-content/uploads/sites/2/2018/07/03-300x300.jpgprensaganemosEmpleoAyuntamiento,Confederación de Empresarios de Cádiz (CEC),Construcción,Coordinadora de Profesionales del Metal,Desempleo,Economía,Empleo,Federación de Agrupaciones de Empresarios de la Provincia de Cádiz,Mano de obra,Ondaluz TV,Partido Comunista de Andalucía,Provincia de Cádiz,Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE),UGT
Respuesta a la patronal de la construcción en la Provincia de Cádiz. El pasado 17 de abril, Jorge Fernández Portillo, secretario general de la Federación de Agrupaciones de Empresarios de la Provincia de Cádiz, hacía unas declaraciones en Ondaluz TV en las que afirmaba que el empresariado de la construcción...