Si nosotras paramos, se para el mundo.

Indudablemente la huelga feminista ha dejado huella, porque en todas las ciudades de España nos hemos visto desbordadas, y hemos demostrado que las MUJERES tenemos más poder del que imaginamos y debemos creer que NOSOTRAS PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO.

Desde las 10:30 de la mañana se respiraba un ambiente diferente en la plaza del Arenal. Iban llegando mujeres diversas con una sonrisa en los labios, con el alma ilusionada y con ganas de luchar y reivindicar. Nuestra plaza se convertía en el escenario ideal y mágico para el gran éxito que nos esperaba. Comenzamos la mañana con un manifiesto, bello y delicado con palabras que nos emocionaron y que nos sumergieron en la programación de las múltiples actividades planteadas.

A las 12:00 de la mañana en la plaza del Arenal estábamos unas 1.000 mujeres con ganas de gritar y surgió el momento mágico de cantar TODAS A UNA, nuestra canción que todo el día coreamos.

“Olé, olé y olá la huelga vencerá // es la huelga feminista // es la huelga feminista // Olé, olé y olá la huelga general //este MUNDO no nos gusta // y lo vamos a cambiar”.

Y la lluvia llegó para quedarse con NOSOTRAS, pero no nos silenció. Alrededor de las 5 de la tarde sonó un fuerte aplauso y cantamos el “Himno de la Huelga Feminista” a las compañeras de la Sierra, de Casas viejas, de Trebujena y Rota. El momento se volvió divertidísimo cuando las mujeres de Sanlúcar nos cantaron su versión feminista de Mamma Mia: “Machirulo, acostúmbrate, me voy de huelga de mujeres”.

Ya no se cabía en la plaza. La cabecera de la manifestación se fue abriendo paso entre la multitud, siguiéndonos el séquito de mujeres mayores, jóvenes, mujeres migradas, oprimidas (como las de los pueblos saharaui y palestino), mujeres con diversidad funcional, física o intelectual, sin olvidarnos de las hermanas racializadas, las gitanas, negras, latinas, árabes, hindúes, asiáticas y las diversas sexuales y de género, hombres, niños y niñas. Había de todo. Y sobre todo con nosotras estaban muy presentes ELLAS, las asesinadas, y sus hijas e hijos gritando: “NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS”.

Como colofón final, la comparsa feminista “Quién le pone el cascabel al gato”, con la que solo con sus preciosas voces, sin micrófono alguno y gracias al silencio de la plaza, pudimos disfrutar de su arte y sus letras reivindicativas.

¿Y ahora qué? Ahora es cuando empieza todo, hemos llenado las calles y gritado bien fuerte “Hasta aquí hemos llegado” y, tras la huelga, llega el tiempo de reflexión, de exigencias de políticas públicas transversales, de materializarlas en cambios culturales, educacionales y dotarlas de recursos.

El patriarcado nos quiere sumisas, separadas y amordazadas, pero no se lo vamos a permitir. Ahora nos sabemos empoderadas, libres, fuertes y feministas sin miedo. ¡Seguimos graduando nuestras gafas violetas día a día y el año que viene, sin duda, seremos más y más!

Una crónica de Tere Chamizo

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Si nosotras paramos, se para el mundo. Indudablemente la huelga feminista ha dejado huella, porque en todas las ciudades de España nos hemos visto desbordadas, y hemos demostrado que las MUJERES tenemos más poder del que imaginamos y debemos creer que NOSOTRAS PODEMOS CAMBIAR EL MUNDO. Desde las 10:30 de la...