La lucha contra los fanatismos es tarea de todas
Mi ciudad, Jerez, está sufriendo un repunte de actitudes intolerantes, racistas, homófobas y agresivas. Si se trata de un grupo organizado o son actitudes que se retroalimentan tal vez nunca lo sepamos, sobre todo si pasan tan desapercibidas y se les otorga tan poca importancia.
Hace meses comenzaron a aparecer pintadas homófobas y xenófobas por la ciudad a las que prácticamente nadie dio importancia. Desde Ganemos Jerez advertimos del problema y la delegada de igualdad, Carmen Collado, durante un pleno municipal aseguró que se convocaría una mesa con los colectivos LGTB, pero a día de hoy no se ha hecho nada y sigue esa cantinela del gobierno municipal del «estamos trabajando en ello».
Al poco tiempo, la ofensiva se centró también en las sedes de los dos principales partidos de izquierdas de la ciudad (IU y Podemos), siendo dañadas y pintadas con mensajes de odio. Que las víctimas fuesen partidos políticos hizo que pasara menos desapercibido, pero lo peor de estos delitos de odio es cuando se centran en minorías que tienen poca visiblidad. Como no se ha puesto ningún medio para combatir estas agresiones se pasó a un nuevo nivel, esta vez con una agresión homófoba.
Tras esta agresión, y a petición de Ganemos Jerez, el pleno del Ayuntamiento aprobó colocar durante una semana la bandera LGTB en el balcón del ayuntamiento, pero ni eso se ha hecho. Al parecer les pareció inadecuado ese símbolo durante la Semana Santa, tachando por lo tanto de homófoba a la Semana Santa, y aunque ya pasó esa época del calendario, todo parece indicar que el gobierno municipal «está trabajando en ello», es decir, que no está haciendo ni piensa hacer absolutamente nada.
Y este fin de semana tuvimos noticias de un nuevo episodio de odio; una agresión con amenazas a dos menores llamándolos «moros de mierda» aderezada con la frase «los tenían que echar a todos de España», que buscaba claramente atemorizar a estos menores. Al menos en este caso los responsables han sido detenidos por la policía local, quienes incluso fueron agredidos físicamente.
Pero no quiero centrarme solo en el gobierno municipal, esto es cosa de todas y todos. Esta espiral de intolerancia que estamos viviendo parece no preocupar a nadie, de hecho, sobre este último episodio muchos medios han informado de la agresión a la policía local, dejando en segundo lugar las amenazas racistas (lavozdelsur.es, lafronterahoy.com) o calificando el suceso como una pelea o reyerta ( Cadena Ser, Andalucía Información-Viva Jerez) la amenazas racistas contra menores de edad. Probablemente si no hubiese habido esta agresión a los policías locales ni siquiera hubiésemos conocido este episodio, por lo que toca preguntarse si no se estarán sucediendo otros episodios de odio contra minorías cuyas personas afectadas no tienen la capacidad o los medios para denunciar públicamente.
Desde mi humilde teclado, no puedo más que hacer un llamamiento a medios de comunicación, policía, políticos y a la ciudadanía en general. La libertad es una de las cosas más preciadas que tenemos, la que nos permite salir a la calle sin miedo a que alguien que te odia, no a ti, porque no te conoce, sino a algún grupo a el que perteneces o con el que te identificas. Y esa libertad no la pierdes cuando te atacan a ti o a tu grupo, sino cuando atacan a cualquier persona por su raza, origen, ideas o condición sexual, aunque no sea la tuya.
Defendamos la libertad y consideremos una agresión a la libertad del prójimo como una agresión a nosotros mismos y a toda nuestra sociedad. Mirar para otro lado y «estar trabajando en ello» no solo no ayuda, sino que agrava el problema.